De forma muy introductoria podemos decir que el concepto de autoestima se relaciona con los sentimientos e ideas que desarrollamos hacia y sobre nosotros mismos. Si dividimos etimológicamente la palabra, encontramos que [auto] significa propio o por uno mismo y [estima] es tener en buena consideración, respeto o admiración. Por tanto, las personas que tienen un nivel saludable de autoestima sentirían un gran respeto y admiración por sí mismas. Por el contrario, las personas con una autoestima más baja tendrían poca consideración por sí mismas, así como poca confianza y admiración hacia ellas. Entonces, hablar de autoestima es en definitiva sentir estima con nosotros mismos, es decir, sentir que nos amamos, nos cuidamos y valoramos.
Durante muchos años, en psicología se ha hablado de autoestima como si esta fuera una especie de “piedra filosofal” de la profesión, en este sentido, parecía que todo el bienestar de una persona, incluso su éxito personal, relacional, académico y laboral, dependía de que desarrollase una buena autoestima con la cual la persona seria capaz de aumentar la seguridad consigo misma y volverse una persona exitosa.
Así encontramos por un lado, a quienes creen que aumentar la autoestima es de suma importancia para las cosas que podemos llegar a conseguir a lo largo de la vida y la forma de gestionar las exigencias del día a día. En el otro extremo están quienes consideran que el concepto de autoestima está sobrevalorado y que lo importante es ser realistas en tanto a lo que podemos conseguir por nosotros mismos.
Nosotros por nuestra parte, consideramos que en algunos artículos se les va la olla al vender la autoestima casi como una “receta del éxito y la felicidad”. Por ejemplo, de manera simplificada puede mal entenderse a la autoestima como el resultado de un balance interno que la persona hace sobre sí misma, poniendo en un lado de la balanza todas las cosas buenas y en la otra, todas las malas, pensando que si pesa más el lado bueno, pues ¡felicitaciones! tienes buena autoestima. Pero y si no es eso, entonces qué? Tu autoestima es una mierda y por eso te van mal las cosas?
Creemos entonces que sería adecuado encontrar un punto medio a este debate e interpretar el concepto de forma que nos ayude a mejorar nuestro bienestar. Pues bien, para lograr un desarrollo saludable de tu autoestima, es importante que puedas reconocer quién eres y quien quieres ser, además de pensar en lo que quieres conseguir y es valioso para ti. Pero también, no todo tan Happy Flower, deberás aprender a ser compasivo con tu dolor, a acompañarte en esos momentos difíciles que la vida nos pone en el camino, sin juzgarte o generarte más presión. Porque amarte es estar dispuesto a pelear cuando toca, y también a abandonar peleas si fuera necesario. Así que puedes luchar por protegerte y por lo que es importante para ti, de forma responsable y honesta contigo mismo y tus valores.
Obviamente no vas a creer que la autoestima es algo que siempre se mantiene estable, puede subir y fortalecerse o, por el contrario, bajar y debilitarse en función de las vivencias que vayamos experimentando en nuestra vida. Esto es esperable, nadie esta POWER todos los días, sería imposible. Lo importante es que puedas darte cuenta de sus fluctuaciones y de cuáles son las cosas que la fortalecen (y te fortalecen), para así reforzarlas y mantenerlas.
Entonces,
¿Cómo saber si tengo un buen desarrollo de mi autoestima?
Pregúntate si tienes un aliado, una persona que estará dispuesta a pelear por ti y no te abandonará por más duro que sea el combate ¡ojo, que no decimos que no abandonará el combate, sino que no te abandonará a ti en el camino! Quien si ganas te felicitará por tus logros y si pierdes también premiará tu esfuerzo ayudándote a enfrentar la derrota. Porque cuando no nos sentimos del todo bien, cuando experimentamos tristeza, estrés o ansiedad, nuestra “parte mala”, nuestra parte de nosotros que identificamos como más “defectuoso”, necesita el compromiso sincero de alguien que pueda darnos consuelo y animarnos a la autocompasión. Porque esa parte (aunque sea la que no nos gusta), también eres tú y posiblemente, lejos de necesitar ser eliminada, sea la que más necesita ser amada.
La autoestima es un viaje personal que te permite comprender mejor quién eres
En definitiva, la autoestima es un viaje personal que te permite comprender mejor quién eres y qué valor le aportas al mundo y a tu mundo. Por tanto es totalmente valido que tu motivo de consulta psicológica apunte a obtener las herramientas para fortalecerla, sin recetas. Un profesional en psicología puede guiarte y acompañarte en ese camino de autodescubrimiento y autocompasión, una oportunidad, tan maravillosa como enriquecedora.